sábado, 25 de enero de 2014

Carta a una foca gris. (Haliochoerus grypus).




  El pasado sábado conseguía fotografiarte, ya te había divisado a  distancia hacía unos días cuando tu llegada y la de tus compañeras a nuestras costas, arrastradas del temporal en alta mar, se hacía eco en nuestra región. 

  Ese día no fue un día más en la vida de una aficionado a la fotografía de naturaleza.  Tú , complaciente como ninguno de los animales salvajes a los que fotografío, posabas para nosotros, una foca gris en total libertad , salvaje y procedente  de mares del norte de Europa se alimentaba delante de nuestros ansiosos objetivos. La luz no era nada buena , aún así con una protagonista de esta talla las fotos estaban cotízadísimas, recuerdo perfectamente todo lo que pensaba mientras “disparaba”… Fotaza! Capturabas un pez… Fotón! Te sumergías y volvías a la superficie cada vez más cerca, y los nervios de la ocasión trepidaban algunas de mis fotos…  Allí en tu habitual zona de alimento, nos reunimos espontáneamente unos cuantos aficionados y algún profesional de este enriquecedor mundo de los “bichos”. Hablábamos y compartíamos opiniones  sobre ti, sobre tu comportamiento amable y también del recibimiento tan repugnante que habían sufrido  dos de tu especie en alguna parte de la costa asturiana, y que gracias a la prensa había corrido como la pólvora la noticia y que supongo que habrá servido para sacarle los colores a los cobardes que las habían apedreado o que habían azuzado un perro contra tus parientes. Espero que el próximo año nos deleitéis con vuestra presencia de nuevo y no relacionéis nuestras playas como un peligro , porque no lo son, en nombre de la  mayoría de los asturianos os pido perdón… 





  Llegaba la hora de irse; el frío y compromisos familiares me invitaban a marcharme del Musel mientras ya hacía planes mentalmente para fijar la siguiente visita, me despedía de mis compañeros y les  decía “hasta la próxima”, sin saber que nada más llegar a casa me tendría que poner en contacto con ellos  al ver las fotografías ampliadas en el ordenador y reconocer  aquel maldito aparejo se incrustado en tu piel… El día anterior sin ir más lejos había leído precisamente sobre esto y sobre lo letal que podría ser para una  foca y más para una cría como tu que aún está desarrollando, podría ser tu muerte programada… Tu lo tenías como se suele decir “de libro”, el nylon apretaba tu hocico y parte de el sedal se incrustaba y  rodeaba perfectamente tu cuello.






  Todo cambió y la alegría de haber inmortalizado tu paso por Gijón se convirtió en frustración, se produjo un encontronazo de sentimientos, buenas fotos que colmaban el ego ser humano en la tarjeta de memoria pero tu pasándolas canutas. No merecían la pena ya esas imágenes. El domingo no pude ir al Musel pero seguía de cerca por la prensa y redes sociales el operativo que el Cepesma había activado para intentar liberarte de aquel  verdugo en forma de red.  A última hora de la tarde anunciaban que no había sido posible tu captura y añadían que en el agua era casi imposible esperarían a intentarlo en tu lugar de descanso, confiando que tu instinto no te separara de nuestras costas y te llevara de nuevo a alta mar.


   El lunes volvía al Musel,  poco tiempo llevaba escudriñando tu “territorio gijonés” cuando divisé con mis prismáticos un bulto en el agua que parecías tu. Te acercabas, realizando tu recorrido habitual, te reconocía o deseaba reconocerte a pesar que dos congéneres más frecuentan esta zona, pero el comportamiento era el mismo, tenías que ser tu.




  Te acercaste a mi, me miraste y yo fijé mi mirada y mi cámara en ti, me diste mi tiempo te paraste a pocos metros permitiéndome que me  percatara de tu marca narina inconfundible que te identificaba perfectamente y entonces pasaste bajo el puente, la luz había cambiado y a contraluz veía perfectamente la totalidad de tu cuello y comprobé e inmortalicé que no tenías NADA, y tu me contabas con tus juegos acuáticos que te tu solita te habías liberado del aparejo que a todos y a ti más que a nadie tanto nos había complicado. 









  Gracias "Noega" por reforzarme mi sentimiento hacia vosotros los animales libres, tu paso por Gijón me ha enriquecido y también me ha dejado este detalle en el terreno material que para un "aficionadillo" como yo es más que reconfortante, una de mis fotos ha salido en la prensa contigo como protagonista.





  Lo dicho amiga , si  los avatares de la vida te traen por aquí de nuevo y ojalá te volvamos a ver sana y salva, recuerda que en Gijón mucha gente estuvo pendiente de ti y de tu integridad, sobre todo y una vez más, una asociación que se llama CEPESMA que vela desde  por la seguridad de los que habitáis en la mar, no olvides a los pescadores de caña del Musel que para nada te han visto como un competidor que les quitabas su pescado, yo mismo he visto como se alegraban con tus apariciones y como te tiraban "xardas" contemplando tus inmersiones cuando te sumergías por ellas.  Cualquier día cogerás tu corriente y volverás a casa, tu recuerdo en la ciudad ya nos queda para siempre, buen viaje!.  







*Notaréis  un toque bastante sensible en esta entrada, y tampoco lo he querido maquillar, así es como me siento después de la experiencia con "Noega", una cría de foca gris procedente de mares del norte  de Europa, capaz de sobrevivir en las condiciones más extremas y viajar tantos kilómetros permaneciendo intacta, intacta hasta que se encuentra al hombre, el ser humano dañino que muchas veces inconscientemente hace daño al mundo salvaje que le rodea, como en este caso y en otros con toda la intención como han reflejado los medios asturianos; paisanos nuestros han agredido a estos hermosos animales por el simple hecho de hacer daño y reconocerlo como un ser indefenso.  Que no ocurra nunca más.