martes, 21 de marzo de 2017

LA CORONA DEL PRINCIPE (capreolus capreolus).

  



  Los machos de corzo como el resto de los cérvidos, cada año mudan la cuerna, por lo tanto podemos observar a los "príncipes del bosque" con un aspecto muy diferente según la estación o época del año. Ciervos  y  gamos que son  los "parientes" de los corzos, en un proceso similar, tiran la cuerna con la llegada de la primavera, y la tendrán completamente reemplazada  un poco antes del otoño cuando son tan necesarias en  el popular y conocido celo de estos impresionantes animales. Como particularidad, destacar, que el corzo no va de la mano en cuanto a fechas se refiere con sus primos astados, el "príncipe" tira la cuerna precisamente   en otoño, en primavera la muestra completamente reemplazada,  y en verano comienza su celo.

 Estos procesos se denominan de la siguiente manera:
 
DESMOGUE: Etapa en la que se desprende la cuerna, en este caso, en otoño.
 
BORRA: Cuando el corzo reemplaza sus astas, éstas aparecen recubiertas de un tejido aterciopelado y muy vascularizado que recibe este nombre.
 
DESCORREAJE: las nuevas cuernas como decíamos, vienen cubiertas de borra, en primavera, el corzo se descorrea dejando ver ya el aspecto óseo que suelen tener la mayor parte del año.

 Las tres imágenes que vemos a continuación corresponden al mismo ejemplar de corzo en distintas épocas del año, como se puede observar la apariencia totalmente distinta.






 Tras el desmogue su aspecto es similar al de la hembra, "desnudos" los machos se vuelven más tímidos aún. Si nos fijamos bien se pueden apreciar las cavidades craneales   de donde emanará la nueva.



  El desmogue no es estrictamente simultaneo y alguna vez  se pueden encontrar a los machos de esta guisa conservando aún una de sus armas.

 

  A lo largo de los años he conseguido fotografiar corzos en numerosas ocasiones, esta es una selección  del archivo de machos que han pasado por delante del teleobjetivo. Vemos distintas cuernas de ejemplares diferentes y de diferentes edades.












 
   

jueves, 16 de febrero de 2017

TEJONES Y MAZMORRAS. (meles meles).

 




   Tejones, melandros, tasugos... son los distintos nombres con los que se conoce a un mustélido muy especial. Estas imágenes desgraciadamente son tan crudas como cotidianas... Incluso puede que para muchos sea la única forma de ver un tejón a plena luz del día...

 Cuando cae la noche salen de sus mazmorras, las tejoneras, sofisticadas galerías subterráneas donde habitan estos profesionales cavadores de tierra. Sus patas delanteras de grandes uñas están perfectamente adaptadas para modificar el terreno y crear estas complicadas moradas que pueden llegar a ocupar en ocasiones hasta 80 m de pasadizos subterraneos. Con varias entradas y salidas que permiten a los melandros, (que siempre viven en comunidad) optar por un plan A,B,C incluso D en caso de peligro o de invasión en su morada.

  Observo a una familia desde hace un tiempo y estas son algunas fotografías y videos de las muchas muestras, indicios o individuos que conseguido fotografiar.





Fotografías de las inconfundibles huellas de tejón que recuerdan a las del oso, pero evidentemente, con un tamaño mucho menor. 






  Entrada o salida de la delicada tejonera, utilizada indistintamente por un clan familiar para estos dos cometidos, en las proximidades otras dos cavidades similares de la misma morada eran utilizadas por el grupo.




                                        


                                        





                                         

  Videos captados con una cámara de trampeo de dos ejemplares distintos, de la misma familia en su territorio, marcando y comprobando el paso de intrusos en sus dominios. Como se puede observar, el olfato es su mejor arma, son casi ciegos o ciegos al completo, el oído y la nariz son su garantía de supervivencia. Omnívoros y oportunistas, las estaciones del año fuerzan el cambio en su menú, que suele ser a base de frutos del bosque, como particularidad destacar que al menos esta familia tenía especial debilidad por los higos, arriesgando bastante y adentrándose entre las casas del pueblo más próximo en busca del dulce fruto otoñal, por el cual perdían su característica timidez. Lombrices, anfibios y carroña también entran en la carta con especial mención a la miel, algunos dicen que su nombre científico (meles meles) proviene precisamente de su afición por este manjar.
A continuación una serie de imágenes que muestran el paso de un miembro del clan por un nido de abejorros, que aunque no tienen una gran cantidad de miel que ofrecer, está claro que al sr tejón le interesaba igualmente.







  Destacar que los tejones defecan siempre en las mismas letrinas que estratégicamente tienen colocadas.





  Después del trabajo de campo, en ocasiones aparecen los resultados, la improvisación no suele ser el denominador común en las fotos de estos bichos. Ahí va una muestra de alguna imagen con cierta calidad que son el producto del seguimiento de este clan que ha durado o dura en el tiempo y que ya son casi dos años que nos "conocemos"... Atrás quedan encuentros cara a cara, material gastado, roto, mojaduras y también la tala del bosque donde se ubica su tejonera, que me llevó a pensar que los perdería, que se irían, pero ahí siguen, las máquinas durante 15 largos días no desahuciaron a los tasugos de su hogar, que casi con total seguridad, lleva siendo utilizado muchos años por sus parientes predecesores  como suele ser habitual, las tejoneras duran décadas.