Estos ejemplares fueron avistados a finales de mayo en una zona próxima a la que se encontraban los anteriores jóvenes que muestro. En este caso son dos machos adultos de unos tres años de edad que pastaban juntos al amanecer, hora de máxima actividad de estos ungulados.
Enseguida me detectaron, no esperaron demasiado, emprendieron la huida y con sus característicos saltos desaparecieron en el monte donde se sienten más seguros.
Dos grandes machos resabiados y experimentados en evitar la presencia bípeda.
Hola, muy monitas las fotos del corzo, quedan super bien con esa hierba tan verde!
ResponderEliminarSaludos
buena serie un saludo
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