domingo, 19 de febrero de 2012

Sigilo en el bosque... El gato motés. (FELIS, SILVESTRIS SILVESTRIS)


Extremadamente desconfiado, sigiloso, solitario y casi invisible; con un camuflaje perfecto para nuestros bosques caducifolios, su característica forma de moverse y sus costumbres crepusculares, hacen realmente difícil el avistamiento del felino salvaje de nuestros montes...

      Caminaba yo por Redes, Concejo de Caso, el sol de invierno pegaba duro y derretía las últimas nevadas caídas durante la pasada semana, me paré a comer y beber algo, ya eran unas cuantas horas con el equipo a cuestas, la vista cansada por el reflejo de la nieve. Sentado en una peña mi situación era privilegiada para divisar todo el valle y vi al montés lo lejos... Bajé la ladera precipitadamente y llegué a una distancia prudencial, por razones de peso no llevaba el práctico monopié que muchas veces evita la trepidación (vibración) en fotografías realizadas con los pesados teleobjetivos. Agazapado utilicé de apoyo una rama colocada a modo de cierre en el "prao" donde el montés buscaba algo que llevarse a la boca, estaba bastante lejos para sacar una buena imagen de su pequeño cuerpo y además a contraluz.




Especialista en cazar roedores, esta imagen del gato montés es muy típica, recenchado la salida de la pequeña guarida de algún topo o rata cavadora.





                        Concentrado en su cacería y con la ayuda del viento no advertía mi presencia.





Yo no estaba cómodo pero no me atrevía a moverme para mejorar la toma porque temía que se fuera. De pronto se movió, se dirigía a una zona donde ya no lo podía divisar, un gran montículo en el terreno lo tapaba, pero a mi también, así que decidí arriesgar el acercamiento, un fuerte viento me venía de cara, es decir favorable para no ser detectado ni por su agudizado oído ni por su gran olfato.



Aquí se puede observar su particular forma de desplazarse, agachado con el cuerpo semi-flexionado.




  Finalmente "el gatu" me concedió esta gran  aproximación, me falló un poco el pulso y la luz que era bastante dura. Todo no se puede pedir, consciente de que ha sido una gran suerte poder observar y fotografiar a este esquivo mamífero asturiano aquí os dejo estas imágenes para dar a conocer un poco más a este  desconocido felino salvaje.


Diferencias con el gato doméstico:

  Aunque pude resultar muy parecido al gato romano, ejemplar doméstico de unos colores muy parecidos, muchas características físicas diferencian a estos dos parientes; el  craneo, la corpulencia y el pelo son características que el gato salvaje desarrolla de mayor tamaño. Pero estas diferencias sin verlos juntos podrían llevar a confusión. Hay dos características que a simple viste diferencian sin género de dudas al montés del doméstico:
                 -La cola: Siendo en el gato salvaje roma, plana, anillada y ancha. El gato romano posee una cola fina y cilíndrica.
                  -Una característica franja negra discurre a lo largo del lomo del gato montés, inexistente en el gato común.

  El lugar donde se encuentra el gato también es un dato a tener encuenta, ya que el gato salvaje evita siempre las zonas pobladas por el hombre.




                                            Inconfundible franja negra a lo largo del lomo.



                

                                                                     Cola roma y ancha.




1 comentario:

  1. Precioso gato, el sigilo de su caza, la paciencia y concentración que le dedica, me encanta!! :D

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